En la actualidad, en nuestro mundo desarrollado y globalizado, nos referimos al éxito como a una consecución de logros, fundamentalmente materiales. De hecho, la primera definición de éxito en el Diccionario de la Real Academia de la lengua reza: “Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.”
A nivel personal, valoramos, si tenemos éxito en la vida, cuando triunfamos en el terreno profesional hasta alcanzar un nivel de ingresos que nos permite comprar casa, coche, ocio, en función de lo que más proyección nos de ante el grupo social al que pertenecemos.
El éxito profesional, tras estudios varios o no, es aquel que nos permite alcanzar, bien la creación de un negocio propio lucrativo, o bien, como en la mayoría de los casos, un puesto elevado en la jerarquía de mandos de una empresa u organización.
Poco importa que una cada vez mayor adquisición de cosas materiales nos esclavice a un ritmo de vida que nos aliena o que al alcanzar un determinado puesto de trabajo he dejado que me humillen o me exploten a condición de que se me permita humillar o explotar a otro por debajo de mi…
Incluso, cuando nuestros padres hablan de nuestros éxitos lo hacen en función del cargo que ocupamos, el lugar donde vivimos, los coches que conducimos o los lugares a los que viajamos. Hablamos de éxito, lo vinculamos a la felicidad y buscamos la clave en poseer lo que hay en el exterior que nos pueda dar una buena proyección social.
Pues bien, en esta serie de posts voy a hablaros de otro tipo de éxito y de las claves para conseguirlo.
En primer lugar, definiré otra dimensión del éxito. Una dimensión más personal, más íntima, más humana. No es que yo reniegue de triunfar profesionalmente ni de lograr cosas materiales que hagan más cómodo mi viaje por esta vida, sino que no identifico el éxito sólo con esto.
Yo estoy de acuerdo con los muchos maestros que valoran que el éxito también se compone de salud, entusiasmo, respeto, estabilidad emocional, confianza, seguridad, cordialidad, compromiso, bienestar, paz, etc… En definitiva, el éxito del desarrollo personal en base a las leyes universales o virtudes.
En segundo lugar, seré simplemente mensajera de las 7 leyes espirituales para lograr el éxito. Y digo mensajera porque simple y humildemente haré un resumen de lo que Deepak Chopra desarrolla y explica de manera magistral en sus artículos y vídeos.
Además intentaré relacionarlo a mi experiencia personal porque la teoría sin práctica no es gráfica.
1. La ley de la potencialidad pura.
La
primera ley espiritual del éxito es la ley de la potencialidad pura. Se
basa en el hecho de que, en nuestro estado esencial somos conciencia
pura, La conciencia pura es el campo de todas las posibilidades y de la
creatividad infinita. Cuando descubrimos
nuestra naturaleza esencial y sabemos “quien soy” realmente, ese sólo
conocimiento encierra la capacidad de convertir en realidad todos
nuestros sueños.”
En
segundo lugar, y como consecuencia de la aceptación, seremos capaces de
desarrollar responsabilidad. Esta es una responsabilidad entendida como
la capacidad de tener una respuesta creativa a la situación tal como es
en este momento. Como aceptamos, no culpamos a nada ni a nadie, ni
siquiera a nosotros mismos de las cosas, y, entonces, estamos en
disposición de cambiar aquello que no nos gusta.
Y por último, si aceptamos, somos responsables, hacemos de cada momento un maestro que nos enseña algo nuevo, seremos capaces de eliminar la última resistencia, la de estar siempre a la defensiva. En nuestro afán de controlar y manejar y culpar al exterior en caso de fracaso estamos siempre a la defensiva, intentando convencer a los demás de nuestras razones, justificando constantemente nuestras acciones, en definitiva, discutiendo más de la cuenta. Una de las principales fuentes de derroche de energía.
En definitiva, que somos un mar inmenso de conocimiento, amor y fuente inagotable de energía. Si aplicamos pequeñas políticas de ahorro energético, como éstas que acabo de comentar, estaremos activando la ley del menor esfuerzo.
Rebajar la resistencia es como ir en un barco con la vela del amor desplegada buscando siempre el viento a favor y logrando sobrevivir a cada tormenta. Es llegar siempre a puerto y siempre con reservas de energía suficiente. Bajar la resistencia y trabajar a favor de la corriente es poner en práctica la ley del deseo y la atracción que esto provoca.
“Como dos aves doradas posadas en el mismo árbol, el ego y el yo, íntimos amigos, viven en el mismo cuerpo. El primero come los frutos dulces y amargos del árbol de la vida, mientras que el segundo observa con indiferencia”
Upanishad Mundaka.
La sexta ley espiritual del éxito es la ley del desapego. Esta ley es complementaria a la quinta ley, y por ser más sencilla porque contiene un solo mensaje, seré breve en su resumen en compensación al post de la ley anterior.
Esta ley trata de rematar nuestra capacidad organizadora, enseñándonos que “para adquirir cualquier cosa en el universo físico, debemos renunciar a nuestro apego a ella”. No se trata de renunciar al plan que acabamos de plasmar en el papel según recomendaba en la ley anterior.
No renunciamos a la intención de cumplir nuestro deseo. No renunciamos a la intención ni al deseo, RENUNCIAMOS AL INTERÉS POR EL RESULTADO.
Mientras que el apego se basa en el miedo y en la inseguridad (EGO), el desapego se basa en la seguridad incuestionable del poder del verdadero yo (YO INTERIOR). El apego es producto de la conciencia de la pobreza porque se interesa siempre por los símbolos (lo material, casa, coche, ropa, dinero, etc.)
La verdadera conciencia de la riqueza es la capacidad de tener todo lo que deseamos, cada vez que lo deseamos, y con un mínimo de esfuerzo, como ya se vió en la cuarta ley.
Las personas buscamos constantemente seguridad, pero como nos muestra Deepak Chopra, quienes buscan la seguridad la persiguen durante toda la vida.
“La seguridad es evasiva y efímera porque no puede depender exclusivamente del dinero. La búsqueda de la seguridad es una ilusión. Ahí no hay evolución, y cuando no hay evolución sobreviene el estancamiento, el desorden, el caos y la decadencia.”
Con la ley de la intención y del deseo siempre tenemos un objetivo, una meta, pero con la ley del desapego, entre un punto y otro del camino, no sabemos lo que ocurrirá y ahí es donde hay que ser flexible y dejarse fluir, entre el número infinito de posibilidades y pudiendo cambiar de dirección en cualquier momento. Siempre puede haber una meta mejor, algo más fascinante y enriquecedor que lo primero que nos hemos planteado.
Si alcanzamos la sabiduría de la incertidumbre, siempre con la seguridad de que la solución llegará, confiando en nuestro yo interior, el desapegado, en cada momento de nuestra vida habrá emoción, aventura, misterio, alegría de vivir, magia, fiesta, felicidad…
Deberíamos abandonar la idea de tener “una idea rígida y completa de lo que haremos la semana próxima o el año próximo, porque si tenemos una idea clara de lo que ha de suceder y nos aferramos rígidamente a ella, dejaremos fuera de nuestro ámbito todo un abanico de posibilidades.” Se pierde creatividad, espontaneidad. Cuando nos apegamos a algo congelamos nuestro deseo, lo encerramos.
Deepak Chopra nos recuerda que OPORTUNIDAD (CRISIS) es lo que está contenido en cada problema de la vida. O dicho de otro modo, cada problema que se nos presenta en la vida es la semilla de una oportunidad para algún gran beneficio.
El poder que da cambiar el diálogo interior, el que tenemos con nosotros mismos, para convertir cada problema en una oportunidad, y cada acontecimiento del presente en una lección para aprender es ilimitado. Es Incomparable al que da el dinero o una posición social determinada. Es eterno, indestructible y totalmente liberador.
Si lo consigues, la riqueza llegará a ti en toda forma y cantidad posible y la gente dirá que tienes “buena suerte” pero tu y yo sabremos que no, que la buena suerte no existe, que la buena suerte no es otra cosa que la unión del estado de preparación con la oportunidad.
Y para encaminarnos a esta sabiduría, más de lo que ya vengo contando en leyes anteriores, Deepak Chopra me recomienda:
Comprometerme un día, al menos, a la semana, a aceptarme yo a mi misma y a los demás.
Analizar las cosas que me pasan en un día como algo que ocurre para que aprenda, para captar mi atención de presente.
Y contestarme, más a menudo de lo que acostumbro, a preguntas tales como: ¿qué haré con esto? ¿cómo conseguiré esto? con respuestas como: “sobre la marcha” o “ya veré” o “ya saldrá”. Y si no, siempre nos quedarán frases míticas como la de Escarlata Ohara en lo que El viento se llevó: “Tomorrow will be another day” (mañana será otro día).
Conseguir un cambio en nuestro diálogo interior es clave para dominar la sabiduría de la incertidumbre. Para mí, aún en pañales, es ahora esto como un juego: detecto (de vez en cuando) los juegos del ego, sus dimes y diretes y desde el yo desapegado observo, reflexiono, converso, medito, decido, pospongo, intento ACTUAR. Cada vez más y mejor… ¡te animo a que lo pruebes!
“Como dos aves doradas posadas en el mismo árbol, el ego y el yo, íntimos amigos, viven en el mismo cuerpo. El primero come los frutos dulces y amargos del árbol de la vida, mientras que el segundo observa con indiferencia”
Upanishad Mundaka.
Es decir, que si somos capaces de
saber quiénes somos en esencia, cómo sentimos y actuamos en función de
eso, pondremos en marcha la primera ley. Al actuar en función de
nosotros mismos, no tendremos el miedo que se deriva de:
querer influir en el exterior
buscar la aprobación del otro
controlarlo todo para que ocurra según nuestros deseos
Estaremos abiertos a aceptar las circunstancias y a los demás, a comprendedlos, respetarlos y por lo tanto a amarlos.
En esta situación seremos la antena más potente que captará todo el conocimiento del universo. Al no estar constantemente condicionados a actuar hacia el exterior, sino actuando desde lo que recibimos del interior, estamos alertas, vigilantes.
“No hay necesidad de salir de la habitación,basta con sentarse a la mesa y escuchar. Ni siquiera es necesario escuchar, sólo esperar. Ni siquiera es necesario esperar, sólo aprender a estar en silencio, quieto y solitario. El mundo se te ofrecerá libremente para ser descubierto. El no tiene otra alternativa, caerá Ni siquiera es necesario esperar, sólo aprender a estar en silencio, quieto y solitario. El mundo se te ofrecerá libremente para ser descubierto. El no tiene otra alternativa, caerá en éxtasis a tus pies”
querer influir en el exterior
buscar la aprobación del otro
controlarlo todo para que ocurra según nuestros deseos
Estaremos abiertos a aceptar las circunstancias y a los demás, a comprendedlos, respetarlos y por lo tanto a amarlos.
En esta situación seremos la antena más potente que captará todo el conocimiento del universo. Al no estar constantemente condicionados a actuar hacia el exterior, sino actuando desde lo que recibimos del interior, estamos alertas, vigilantes.
“No hay necesidad de salir de la habitación,basta con sentarse a la mesa y escuchar. Ni siquiera es necesario escuchar, sólo esperar. Ni siquiera es necesario esperar, sólo aprender a estar en silencio, quieto y solitario. El mundo se te ofrecerá libremente para ser descubierto. El no tiene otra alternativa, caerá Ni siquiera es necesario esperar, sólo aprender a estar en silencio, quieto y solitario. El mundo se te ofrecerá libremente para ser descubierto. El no tiene otra alternativa, caerá en éxtasis a tus pies”
2. La ley del dar.
“La
segunda ley espiritual del éxito es la ley del dar. También podría
llamarse la ley del dar y del recibir porque el universo opera a través
de un intercambio dinámico. Toda relación es una relación de dar y
recibir. El dar engendra el recibir y el recibir
engendra el dar. En realidad, recibir es lo mismo que dar, porque dar y
recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo.
Y si detenemos el flujo de alguno de los dos, obstaculizamos la
inteligencia de la naturaleza.”
Deepak Chopra nos habla de esta segunda ley universal y expone un fragmento de algún texto de Rabindranath Tagore. Pero, para aquellos que estáis más familiarizados con los textos cristianos, ¿os suenan mensajes como estos?:
“Al que tiene mucho se le dará más y al que no tiene se le quitará incluso lo poco que tiene”.
“Trata a los demás como deseas que te traten a ti”.
“El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga”.
La sabiduría antigua, sea del corte religioso que sea, independientemente de la cultura de la que provenga, está llena de menciones que nos llevan irremediablemente a esta ley. “Todo lo que se va debe volver”.
Sin embargo, si recordamos el primer post de esta serie estamos hablando del éxito espiritual y no del material. Por tanto, no estoy hablando de dar cosas materiales para obtener mayor riqueza.
“En realidad las formas más poderosas de dar no son materiales. Obsequios como interesarse, prestar atención, dar afecto, aprecio y amor, son algunos de los más preciados que se pueden dar y no cuestan nada.”
Intentemos dar aquello que buscamos para activar esta energía vital. Cuando entramos en contacto con alguien seamos los primeros en tratar al otro con respeto y amor y recibiremos el mismo regalo de su parte a cambio. Al practicar esta ley y ver los resultados, nos retroalimentaremos, más la querremos aplicar,
Deepak Chopra nos habla de esta segunda ley universal y expone un fragmento de algún texto de Rabindranath Tagore. Pero, para aquellos que estáis más familiarizados con los textos cristianos, ¿os suenan mensajes como estos?:
“Al que tiene mucho se le dará más y al que no tiene se le quitará incluso lo poco que tiene”.
“Trata a los demás como deseas que te traten a ti”.
“El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga”.
La sabiduría antigua, sea del corte religioso que sea, independientemente de la cultura de la que provenga, está llena de menciones que nos llevan irremediablemente a esta ley. “Todo lo que se va debe volver”.
Sin embargo, si recordamos el primer post de esta serie estamos hablando del éxito espiritual y no del material. Por tanto, no estoy hablando de dar cosas materiales para obtener mayor riqueza.
“En realidad las formas más poderosas de dar no son materiales. Obsequios como interesarse, prestar atención, dar afecto, aprecio y amor, son algunos de los más preciados que se pueden dar y no cuestan nada.”
Intentemos dar aquello que buscamos para activar esta energía vital. Cuando entramos en contacto con alguien seamos los primeros en tratar al otro con respeto y amor y recibiremos el mismo regalo de su parte a cambio. Al practicar esta ley y ver los resultados, nos retroalimentaremos, más la querremos aplicar,
más daremos y más recibiremos.
Y si como aprendimos en la primera ley, ya sabemos que somos intrínsecamente ricos porque estamos conectados con nuestro interior, con nuestra esencia, con el pozo infinito de conocimiento, siempre tendremos algo que dar, simplemente hará falta rescatarlo de nuestro interior. 1) Se trata de practicar la ley para activarla así que para aquellos que no tengáis mucho hábito, como yo, probad a utilizar la sonrisa y veréis el poder que tiene este simple gesto. Si desde la mañana tratamos al otro de manera más amable, incluso desde simplemente nuestro lenguaje corporal, veremos lo que recibimos.
Y si como aprendimos en la primera ley, ya sabemos que somos intrínsecamente ricos porque estamos conectados con nuestro interior, con nuestra esencia, con el pozo infinito de conocimiento, siempre tendremos algo que dar, simplemente hará falta rescatarlo de nuestro interior. 1) Se trata de practicar la ley para activarla así que para aquellos que no tengáis mucho hábito, como yo, probad a utilizar la sonrisa y veréis el poder que tiene este simple gesto. Si desde la mañana tratamos al otro de manera más amable, incluso desde simplemente nuestro lenguaje corporal, veremos lo que recibimos.
¿Os habéis fijado alguna
vez en una persona muy tacaña? No sé si estaréis de acuerdo, pero todas
las que yo conozco tienen la cara chupada, la piel como pergamino y
apenas sonríen. Es como si el afán de acumular, sin soltar, les
estuviera consumiendo por dentro por no estar contribuyendo al flujo
vital de dar y recibir, como si no estuvieran sintonizados con la
verdadera fuente de riqueza, la espiritual…
No os
olvidéis tampoco de pasear, de vez en cuando, por la naturaleza, para
ver como ella da de todo de una forma sencilla. Yo disfruto en mis
paseos, dando gracias y sintiendo que ella provee de todas las
necesidades, ¿o acaso lo hemos olvidado? Estamos tan acostumbrados a ir
al supermercado a comprar alimentos envasados que pensamos que nacen de
la estantería.
Yo estoy en el camino intentar recibir, con gratitud, todos los regalos que la vida me da y progresivamente ir dejando de buscar aquello que no me da. He reducido el nivel de estrés y de ansiedad.
Y además me he dado cuenta de la magia de recibir aquello que no espero y que es inmensamente más poderosa que aquello en lo que se empeña mi ego. Ahora bien, he tenido que trabajar primero para reorientar mi antena hacia lo espiritual porque, aquello que normalmente nos trae la vida, no viene con el traje que estamos acostumbrados a identificar.
Una amiga especial me regaló su frase favorita mientras escribía sobre esta ley. Esto me animó a terminar la serie de siete leyes espirituales del éxito que dejé inacabadas allá por el mes de Mayo. Ahora comparto esta frase con todos vosotros, una frase de un personaje de la Historia con Mayúsculas. Y así contribuir a mantener viva su memoria y al fluir esencial.
“Todo lo que no se da se pierde”
Teresa de Calcuta.
Yo estoy en el camino intentar recibir, con gratitud, todos los regalos que la vida me da y progresivamente ir dejando de buscar aquello que no me da. He reducido el nivel de estrés y de ansiedad.
Y además me he dado cuenta de la magia de recibir aquello que no espero y que es inmensamente más poderosa que aquello en lo que se empeña mi ego. Ahora bien, he tenido que trabajar primero para reorientar mi antena hacia lo espiritual porque, aquello que normalmente nos trae la vida, no viene con el traje que estamos acostumbrados a identificar.
Una amiga especial me regaló su frase favorita mientras escribía sobre esta ley. Esto me animó a terminar la serie de siete leyes espirituales del éxito que dejé inacabadas allá por el mes de Mayo. Ahora comparto esta frase con todos vosotros, una frase de un personaje de la Historia con Mayúsculas. Y así contribuir a mantener viva su memoria y al fluir esencial.
“Todo lo que no se da se pierde”
Teresa de Calcuta.
3. La ley de la causa y efecto.
“La tercera ley espiritual del éxito es la LEY DEL KARMA.
El ‘Karma’ es a la vez la acción y la consecuencia de
esa acción; es causa y efecto al mismo tiempo,
porque toda acción genera una fuerza de energía
que vuelve a nosotros de igual manera”
Pavlov, el padre de la Psicología Conductista, nos demostró que asociando un sonido a dar de comer a un perro provocaba un hábito, que desembocaba en que el perro actuaba como si fuera a comer tras la emisión del sonido conocido, aunque la comida no llegara nunca.
Y aunque nosotros no somos animales, como los de Pavlov, actuamos, mayoritariamente, imitando, de manera repetitiva, de manera predecible, condicionados por el entorno. No nos paramos a pensar que tenemos otras opciones.
No obstante, nosotros, que ya hemos practicado y conocemos la primera ley, la que nos conecta con nuestro interior, con el conocimiento infinito, ya podemos actuar de otra manera.
A través de la práctica de la meditación podemos conectarnos con nosotros mismos y preguntarnos ante cada situación:
¿Cuáles son las consecuencias de escoger esta opción?
¿Traerá esta decisión que estoy tomando bienestar para mi y para los que me rodean?
Al hacernos estas dos preguntas tenemos que estar conectados con nuestras sensaciones, si sentimos bienestar físico es que la decisión es correcta, si no, no lo es. Para Deepak Chopra:
“Sólo hay una opción entre el número infinito de opciones que se presentan a cada segundo, que pueden traernos felicidad a nosotros y a quienes nos rodean. Elegir esta opción produce una forma de comportamiento que se conoce con el nombre de acción correcta espontánea. La acción correcta espontánea es la respuesta correcta a cada situación, en el momento en que se presenta.”
Quien nos guía hacia esta acción correcta espontánea es el corazón, que no se orienta a perder o a ganar, que está conectado con la potencialidad pura, incluso, aunque a veces, no parezca razonable, o nos hayan hecho creer que no lo es.
Al meditar, analizar las opciones y elegir aquella con la que nos identificamos, desde nuestro interior, estaremos utilizando plenamente la ley del karma y para ello no hay que olvidar la importancia:
de tomar conciencia de que el futuro es el producto de las decisiones que tomamos en nuestra vida.
y de que cuanto más traigamos nuestras decisiones al plano de la consciencia, más podremos escoger aquellas opciones que sean correctas espontáneamente.
Creo, sinceramente, que el futuro de la humanidad pasa por tomar conciencia de aplicar esta ley más que ninguna.
Por mucho que algunos teóricos digan que en el mundo de la empresa esto no funciona. El hecho de que ahora no funcione no quiere decir que no pueda, o no deba, funcionar en un futuro. ( Un futuro distinto claro.)
El ‘Karma’ es a la vez la acción y la consecuencia de
esa acción; es causa y efecto al mismo tiempo,
porque toda acción genera una fuerza de energía
que vuelve a nosotros de igual manera”
Pavlov, el padre de la Psicología Conductista, nos demostró que asociando un sonido a dar de comer a un perro provocaba un hábito, que desembocaba en que el perro actuaba como si fuera a comer tras la emisión del sonido conocido, aunque la comida no llegara nunca.
Y aunque nosotros no somos animales, como los de Pavlov, actuamos, mayoritariamente, imitando, de manera repetitiva, de manera predecible, condicionados por el entorno. No nos paramos a pensar que tenemos otras opciones.
No obstante, nosotros, que ya hemos practicado y conocemos la primera ley, la que nos conecta con nuestro interior, con el conocimiento infinito, ya podemos actuar de otra manera.
A través de la práctica de la meditación podemos conectarnos con nosotros mismos y preguntarnos ante cada situación:
¿Cuáles son las consecuencias de escoger esta opción?
¿Traerá esta decisión que estoy tomando bienestar para mi y para los que me rodean?
Al hacernos estas dos preguntas tenemos que estar conectados con nuestras sensaciones, si sentimos bienestar físico es que la decisión es correcta, si no, no lo es. Para Deepak Chopra:
“Sólo hay una opción entre el número infinito de opciones que se presentan a cada segundo, que pueden traernos felicidad a nosotros y a quienes nos rodean. Elegir esta opción produce una forma de comportamiento que se conoce con el nombre de acción correcta espontánea. La acción correcta espontánea es la respuesta correcta a cada situación, en el momento en que se presenta.”
Quien nos guía hacia esta acción correcta espontánea es el corazón, que no se orienta a perder o a ganar, que está conectado con la potencialidad pura, incluso, aunque a veces, no parezca razonable, o nos hayan hecho creer que no lo es.
Al meditar, analizar las opciones y elegir aquella con la que nos identificamos, desde nuestro interior, estaremos utilizando plenamente la ley del karma y para ello no hay que olvidar la importancia:
de tomar conciencia de que el futuro es el producto de las decisiones que tomamos en nuestra vida.
y de que cuanto más traigamos nuestras decisiones al plano de la consciencia, más podremos escoger aquellas opciones que sean correctas espontáneamente.
Creo, sinceramente, que el futuro de la humanidad pasa por tomar conciencia de aplicar esta ley más que ninguna.
Por mucho que algunos teóricos digan que en el mundo de la empresa esto no funciona. El hecho de que ahora no funcione no quiere decir que no pueda, o no deba, funcionar en un futuro. ( Un futuro distinto claro.)
![]() |
Todo lo que das, regresa. |
Si
bien todo lo que ocurre en el futuro es fruto de nuestras acciones del
presente según la ley del karma ¿qué pasa con el karma del pasado y
cómo influye en nosotros ahora?.
Si creemos en la reencarnación, ¿significa esto que no tenemos libre albedrío y que todo lo que hicimos en el pasado nos marca de manera irremediable en el presente?
Deepak Chopra nos contesta negativamente a la segunda pregunta y nos propone tres opciones para la primera. Es decir, que nos da tres opciones para tratar el karma del pasado y con la tercera propuesta nos muestra que tenemos libre albedrío, que el karma del pasado nos marca pero se puede trascender.
Las tres cosas que se pueden hacer con el karma del pasado son las siguientes:
1. Se pueden pagar las deudas del pasado: es lo que hacemos la mayoría, se pagan las deudas inconscientemente, con mucho sufrimiento ya que vivimos por inercia, repitiendo patrones y no examinando nuestra vida.
2. Se puede vivir el karma evolutivamente, es decir, podemos sacar una lección de cada experiencia que nos pasa en la vida, por muy insignificante que parezca. Además de aprender, podemos incluso, poner nuestra lección al servicio de los demás y con ello estamos evolucionando, estamos positivando el karma.
Ejemplos de estos tenemos muchos en nuestra sociedad, aunque sean noticia de un día: el cantante de ópera José Carreras creó una fundación para la leucemia tras su enfermedad; el padre de Mari Luz se ha propuesto un cambio en la ley penal para evitar casos como el de su hija o más recientemente el golfista Severiano Ballesteros va a trabajar por las personas, que como él, han sufrido ataques cerebrales.
Esta segunda propuesta, a mi no me parece difícil. La veo accesible. Creo que soy capaz de traer al plano consciente algunas de mis historias de vida presentes y analizar, tanto para las buenas como para las menos buenas, la lección a extraer.
Quizás aún no esté en la segunda parte de ponerlas al servicio de los demás (o sí, no sé), pero sé que eso lo puedo hacer y que tengo tiempo.
3. Otra cosa muy diferente me ocurre con la tercera propuesta, que me resulta más difícil, pero no por complejidad, sino porque requiere mucha práctica. La tercera manera que se nos propone para enfrentar el karma es transcendiéndolo. ¿Y cómo se hace eso?
Pues entrando“constantemente en el espacio del la conciencia pura para sentir el yo, el espíritu. Es como lavar un trapo sucio en una corriente de agua; cada vez que se lava, desaparecen algunas manchas, y si se lava una y otra vez, cada vez queda más limpio. Limpiamos o trascendemos el karma entrando y saliendo del espacio de la conciencia pura. Esto, claro está, se hace mediante la práctica de la meditación”.
Así, con todo esto, parece que tenemos que examinar las decisiones que tomamos en cada momento, traiéndolas a la consciencia.
Al analizarlas, las enfrentaremos a preguntas tales como ¿cuáles son las consecuencias de esta decisión? ¿Traerá felicidad y realización tanto para mí como para aquellos a quienes afectará?.
Y todo esto contestado desde el corazón para ver si la respuesta nos produce bienestar o malestar como os contaba en la primera parte de esta tercera ley.
Aún no tengo bien resuelto el dilema entre ser consciente de todas y cada una de las cosas y no caer en un análisis demasiado exhaustivo de la cuestión.
Tengo claro que este análisis y observación no deben hacerse desde el juicio y la auto-crítica, pero estoy en la búsqueda de la observación consciente desapegada. Y deseo llegar a ello como hicieron otros…
“La vida que no se examina
no merece la pena ser vivida.
Deepak Chopra nos contesta negativamente a la segunda pregunta y nos propone tres opciones para la primera. Es decir, que nos da tres opciones para tratar el karma del pasado y con la tercera propuesta nos muestra que tenemos libre albedrío, que el karma del pasado nos marca pero se puede trascender.
Las tres cosas que se pueden hacer con el karma del pasado son las siguientes:
1. Se pueden pagar las deudas del pasado: es lo que hacemos la mayoría, se pagan las deudas inconscientemente, con mucho sufrimiento ya que vivimos por inercia, repitiendo patrones y no examinando nuestra vida.
2. Se puede vivir el karma evolutivamente, es decir, podemos sacar una lección de cada experiencia que nos pasa en la vida, por muy insignificante que parezca. Además de aprender, podemos incluso, poner nuestra lección al servicio de los demás y con ello estamos evolucionando, estamos positivando el karma.
Ejemplos de estos tenemos muchos en nuestra sociedad, aunque sean noticia de un día: el cantante de ópera José Carreras creó una fundación para la leucemia tras su enfermedad; el padre de Mari Luz se ha propuesto un cambio en la ley penal para evitar casos como el de su hija o más recientemente el golfista Severiano Ballesteros va a trabajar por las personas, que como él, han sufrido ataques cerebrales.
Esta segunda propuesta, a mi no me parece difícil. La veo accesible. Creo que soy capaz de traer al plano consciente algunas de mis historias de vida presentes y analizar, tanto para las buenas como para las menos buenas, la lección a extraer.
Quizás aún no esté en la segunda parte de ponerlas al servicio de los demás (o sí, no sé), pero sé que eso lo puedo hacer y que tengo tiempo.
3. Otra cosa muy diferente me ocurre con la tercera propuesta, que me resulta más difícil, pero no por complejidad, sino porque requiere mucha práctica. La tercera manera que se nos propone para enfrentar el karma es transcendiéndolo. ¿Y cómo se hace eso?
Pues entrando“constantemente en el espacio del la conciencia pura para sentir el yo, el espíritu. Es como lavar un trapo sucio en una corriente de agua; cada vez que se lava, desaparecen algunas manchas, y si se lava una y otra vez, cada vez queda más limpio. Limpiamos o trascendemos el karma entrando y saliendo del espacio de la conciencia pura. Esto, claro está, se hace mediante la práctica de la meditación”.
Así, con todo esto, parece que tenemos que examinar las decisiones que tomamos en cada momento, traiéndolas a la consciencia.
Al analizarlas, las enfrentaremos a preguntas tales como ¿cuáles son las consecuencias de esta decisión? ¿Traerá felicidad y realización tanto para mí como para aquellos a quienes afectará?.
Y todo esto contestado desde el corazón para ver si la respuesta nos produce bienestar o malestar como os contaba en la primera parte de esta tercera ley.
Aún no tengo bien resuelto el dilema entre ser consciente de todas y cada una de las cosas y no caer en un análisis demasiado exhaustivo de la cuestión.
Tengo claro que este análisis y observación no deben hacerse desde el juicio y la auto-crítica, pero estoy en la búsqueda de la observación consciente desapegada. Y deseo llegar a ello como hicieron otros…
“La vida que no se examina
no merece la pena ser vivida.
Socrates.
4. La ley del menor esfuerzo.
“La
cuarta ley espiritual del éxito es la ley del menor esfuerzo. Esta ley
se basa en el hecho de que la inteligencia de la naturaleza funciona con
toda facilidad y despreocupación. Si observamos la naturaleza, veremos
que ella utiliza un esfuerzo mínimo para
funcionar. La hierba no tiene que hacer ningún esfuerzo para crecer;
sencillamente, crece. Los peces no se esfuerzan para nadar;
sencillamente, nadan. Es la naturaleza del sol brillar. Y es la
naturaleza humana hacer que los sueños se conviertan en realidad, con
facilidad y sin esfuerzo.”
“La
cuarta ley espiritual del éxito es la ley del menor esfuerzo. Esta ley
se basa en el hecho de que la inteligencia de la naturaleza funciona con
toda facilidad y despreocupación. Si observamos la naturaleza, veremos
que ella utiliza un esfuerzo mínimo para
funcionar. La hierba no tiene que hacer ningún esfuerzo para crecer;
sencillamente, crece. Los peces no se esfuerzan para nadar;
sencillamente, nadan. Es la naturaleza del sol brillar. Y es la
naturaleza humana hacer que los sueños se conviertan en realidad, con
facilidad y sin esfuerzo.”
Esta ley es también la ley que elimina la resistencia, la oposición, la contraposición, la negación y no es para nada la ley del mínimo esfuerzo, aunque el título suene parecido. Se basa en el principio de la inteligencia de la naturaleza. Si todo elemento de la naturaleza sigue su curso de manera sosegada, tranquila y fluida, ¿por qué no también el ser humano?
Como ser superior que nos creemos hemos llegado a un punto en que queremos controlar la naturaleza para ponerla a nuestros pies. Y este hábito, ya de mucho tiempo, nos ha llevado a querer controlarlo todo para ponerlo a nuestro servicio, a nuestro servicio particular e individual, y más allá de un orden natural o un bien común. Para muestra el botón de la reciente situación financiera mundial.
Esta ley es también la ley que elimina la resistencia, la oposición, la contraposición, la negación y no es para nada la ley del mínimo esfuerzo, aunque el título suene parecido. Se basa en el principio de la inteligencia de la naturaleza. Si todo elemento de la naturaleza sigue su curso de manera sosegada, tranquila y fluida, ¿por qué no también el ser humano?
Como ser superior que nos creemos hemos llegado a un punto en que queremos controlar la naturaleza para ponerla a nuestros pies. Y este hábito, ya de mucho tiempo, nos ha llevado a querer controlarlo todo para ponerlo a nuestro servicio, a nuestro servicio particular e individual, y más allá de un orden natural o un bien común. Para muestra el botón de la reciente situación financiera mundial.
Pues
bien, he de saber, que en el deseo de controlar las situaciones
(acontecimientos, personas, o lo que sea) para que éstas sean como “yo
quiero”, se gasta y desperdicia toda mi energía. Porque yo, como el
resto de la naturaleza, soy un pozo de energía, y mi felicidad, y éxito
espirituales, dependen de cómo gestione esa energía.
En “El arte de soñar”, Don Juan le dice a Carlos Castañeda: `Gastamos la mayor parte de nuestra energía sosteniendo nuestra importancia… Si pudiéramos perder parte de esa importancia, nos sucederían dos cosas extraordinarias. Una: liberaríamos la energía que se mantiene atada alimentando la idea ilusoria de nuestra grandeza; y dos: nos proveeríamos de suficiente energía para…vislumbrar la grandeza real del universo´.
La ley del menor esfuerzo presenta tres componentes sobre los que trabajar para ponerla en marcha. Y todos ellos más sencillos cuanto más centrados estemos en la primera ley, la que se considera como el pilar fundamental de las demás.
Lo primero que tenemos que conseguir es el máximo de aceptación posible. Tenemos que aceptarnos a nosotros mismos, tenemos que aceptar a los demás tal y como son, y sobre todo, tenemos que aceptar la realidad y los hechos que Es recomendable aceptar cada momento tal y como es porque así debe de ocurrir y porque de él debemos aprender, tal como se exponía en la tercer ley, pero esto no debe ocultar que podemos desear un futuro mejor y diferente, en caso de que la realidad actual no sea lo que buscamos.
La
aceptación nos tienen que llevar a no luchar contra corriente, a no
forzar un cambio imposible, a no estancarnos en la realidad
lamentándonos. Aceptar es decir: “bien esto es así, no lo puedo cambiar,
voy a ver qué lección puedo sacar…” esto nos llevará irremediablemente,
estando conectados con nuestro interior y más conscientes, a cualquier
posible solución y mejora de la situación no deseada. Además, en caso de
una situación agradable y positiva nos llevará a saborearla en mayor
medida. Dice
Deepak que “este momento –el que estamos viviendo ahora mismo- es la
culminación de todos los momentos que hemos vivido en el pasado. Este
momento es como es, porque todo el Universo es como es. Cuando luchamos
contra este momento, en realidad luchamos contra todo el universo".En “El arte de soñar”, Don Juan le dice a Carlos Castañeda: `Gastamos la mayor parte de nuestra energía sosteniendo nuestra importancia… Si pudiéramos perder parte de esa importancia, nos sucederían dos cosas extraordinarias. Una: liberaríamos la energía que se mantiene atada alimentando la idea ilusoria de nuestra grandeza; y dos: nos proveeríamos de suficiente energía para…vislumbrar la grandeza real del universo´.
La ley del menor esfuerzo presenta tres componentes sobre los que trabajar para ponerla en marcha. Y todos ellos más sencillos cuanto más centrados estemos en la primera ley, la que se considera como el pilar fundamental de las demás.
Lo primero que tenemos que conseguir es el máximo de aceptación posible. Tenemos que aceptarnos a nosotros mismos, tenemos que aceptar a los demás tal y como son, y sobre todo, tenemos que aceptar la realidad y los hechos que Es recomendable aceptar cada momento tal y como es porque así debe de ocurrir y porque de él debemos aprender, tal como se exponía en la tercer ley, pero esto no debe ocultar que podemos desear un futuro mejor y diferente, en caso de que la realidad actual no sea lo que buscamos.
Y por último, si aceptamos, somos responsables, hacemos de cada momento un maestro que nos enseña algo nuevo, seremos capaces de eliminar la última resistencia, la de estar siempre a la defensiva. En nuestro afán de controlar y manejar y culpar al exterior en caso de fracaso estamos siempre a la defensiva, intentando convencer a los demás de nuestras razones, justificando constantemente nuestras acciones, en definitiva, discutiendo más de la cuenta. Una de las principales fuentes de derroche de energía.
En definitiva, que somos un mar inmenso de conocimiento, amor y fuente inagotable de energía. Si aplicamos pequeñas políticas de ahorro energético, como éstas que acabo de comentar, estaremos activando la ley del menor esfuerzo.
Rebajar la resistencia es como ir en un barco con la vela del amor desplegada buscando siempre el viento a favor y logrando sobrevivir a cada tormenta. Es llegar siempre a puerto y siempre con reservas de energía suficiente. Bajar la resistencia y trabajar a favor de la corriente es poner en práctica la ley del deseo y la atracción que esto provoca.
Dios mio.
“Dame la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar,
valor para cambiar las cosas que puedo
y sabiduría para poder diferenciarlas”
Reinhold Niebuhr.
valor para cambiar las cosas que puedo
y sabiduría para poder diferenciarlas”
Reinhold Niebuhr.
5. La ley de la intención y del deseo.
La
quinta ley espiritual del éxito es la ley de la intención y del deseo.
Esta ley se basa en el hecho de que la energía y la información existen
en todas partes de la naturaleza.”
Es decir, se basa en el hecho de que todo lo que existe está hecho de lo mismo, información y energía. Tanto plantas, como animales, como seres humanos, etc. Y como todo ello es naturaleza dentro del Universo, todo está conectado. “Nuestro cuerpo no es independiente del cuerpo del Universo. El Universo es nuestro cuerpo ampliado.”
Einsten, la Física Cuántica, sabios y maestros espirituales, nos vienen diciendo que lo que hagamos aquí y ahora influye en nuestro entorno irremediablemente. Sin embargo Deepak Chopra, en esta ley intenta llevarnos hasta las últimas consecuencias de lo que significa estar interrelacionado con el Universo.
Él trata de enseñarnos que, como seres humanos, al poseer un sistema nervioso privilegiado, nos está permitido ser conscientes de nuestra energía y de nuestra información. Como especie nos capacita para influir en el entorno. Nosotros no estamos encerrados “en una red rígida de energía e información”
Esto significa además que, al ser conscientes y flexibles podemos influir en el entorno, podemos crear nuestro propio futuro. Y trata de explicarnos que para ello sólo tenemos que tener la intención de un objetivo como herramienta, ya que el Universo, la naturaleza, la ley universal, como queramos llamarlo, se encarga de los detalles.
Pero entremos en el detalle práctico, porque Deepak Chopra no nos vende la idea de desear algo, desearlo con fuerza y ¡aja! ¡ya lo conseguimos, ya tenemos éxito y ya somos felices! El proceso es más complejo que todo eso.
En primer lugar, nos recuerda que para utilizar este poder de creación de nuestro futuro debemos cumplir la primera ley universal, la que nos conecta con la conciencia pura, para asegurarnos de que nuestra INTENCIÓN de lograr algo sea un DESEO DESAPEGADO.
En segundo lugar, nos explica cómo se crea el futuro en base a esta intención. Es fundamental partir del concepto de que “el tiempo es el movimiento del pensamiento”. Es decir, el pensamiento hacia atrás es una interpretación de fuerzas abstractas, recuerdo, memoria; mientras que el futuro es una proyección de fuerzas abstractas.
“Solamente el presente, que es consciencia es real y es eterno Tanto el pasado como el futuro nacen en la imaginación”.
Por tanto, si tenemos intención (desapegada), podremos crear nuestro futuro, pero nunca debemos luchar contra el presente. Mediante la ATENCIÓN en el presente, con la consciencia sobre todo lo que acontece en cada momento, seremos capaces de crear el futuro.
“Mientras la atención esté en el presente, la intención hacia el futuro se cumplirá porque el futuro se crea en el presente. Debemos aceptar el presente tal como es. Aceptemos el presente y proyectemos el futuro.”
Realmente, confieso que interiorizar el significado completo de esta ley ha sido poco fácil. El alcance de todo lo que contiene es tremendo, al menos desde mi punto de vista, es denso, extenso y profundo todo lo que en ella se nos transmite, por eso, intento a continuación resumir las ideas y reformular algunos de los ejercicios prácticos de Deepak Chopra:
Primeramente se recomienda hacer un plan de vida a futuro, plasmar en un papel todo lo que nos gustaría lograr, los objetivos. También pueden ser objetivos a corto plazo. Para hacer este plan os aconsejo leer la sexta ley antes de hacerlo. En mi primera lista de deseos decidí eliminar la mitad cuando leí la ley siguiente porque había multitud de símbolos y no de objetivos. Al leer la siguiente ley lo entenderéis mejor.
Una vez que tenemos la lista, hay que liberar esos deseos, entregarlos al seno de la creación y confiar en su consecución. Es importante, según Deepak Chopra, dejar los detalles al Universo y no contárselos a nadie, a no ser que sea alguien que comparta las mismas intenciones.
Finalmente, habrá que confiar incluso cuando las cosas no salgan como hemos previsto. La naturaleza es sabia y si el presente parece no apuntar al futuro que queremos es porque debe ser así y algo hay que aprender de este momento. Cuanto más conscientes seamos de lo que acontece en el momento, si lo aceptamos, si confiamos, si no proyectamos nuestros miedos al futuro que queremos y que parece resistirse, lograremos seguro nuestros objetivos.
Y recuerda, todo esto ocurrirá:
Siempre y cuando se cumplan el resto de leyes espirituales del éxito
Siempre que no se luche contra el presente
Siempre que los objetivos sean buenos para uno mismo y para la humanidad
Siempre que no se pierdan de vista los objetivos practicando la meditación, conectándose con la conciencia pura y concentrándose en la atención en el presente.
Si toda esta teoría te resulta interesante pero no sabes por donde empezar, acércate al Método Silva de Control Mental. Este método proporciona unas herramientas eficaces, basadas en la visualización, para:
manejar la aceptación del presente
y proyectar el futuro en función de nuestras verdaderas intenciones
Es decir, que entrena en la práctica de fijar la atención en el resultado, eliminando la conciencia de todos los obstáculos, los cuales son en un 90% de las ocasiones, imaginarios. Y copia esta frase en algún lugar visible:
“Cualquier cosa a la cual prestemos atención crecerá con más fuerza en nuestra vida” (que sea lo positivo!)
“Cualquier cosa a la cual dejemos de prestar atención se marchitará, se desintegrará y desaparecerá” (que sea lo negativo!)
Es decir, se basa en el hecho de que todo lo que existe está hecho de lo mismo, información y energía. Tanto plantas, como animales, como seres humanos, etc. Y como todo ello es naturaleza dentro del Universo, todo está conectado. “Nuestro cuerpo no es independiente del cuerpo del Universo. El Universo es nuestro cuerpo ampliado.”
Einsten, la Física Cuántica, sabios y maestros espirituales, nos vienen diciendo que lo que hagamos aquí y ahora influye en nuestro entorno irremediablemente. Sin embargo Deepak Chopra, en esta ley intenta llevarnos hasta las últimas consecuencias de lo que significa estar interrelacionado con el Universo.
Él trata de enseñarnos que, como seres humanos, al poseer un sistema nervioso privilegiado, nos está permitido ser conscientes de nuestra energía y de nuestra información. Como especie nos capacita para influir en el entorno. Nosotros no estamos encerrados “en una red rígida de energía e información”
Esto significa además que, al ser conscientes y flexibles podemos influir en el entorno, podemos crear nuestro propio futuro. Y trata de explicarnos que para ello sólo tenemos que tener la intención de un objetivo como herramienta, ya que el Universo, la naturaleza, la ley universal, como queramos llamarlo, se encarga de los detalles.
Pero entremos en el detalle práctico, porque Deepak Chopra no nos vende la idea de desear algo, desearlo con fuerza y ¡aja! ¡ya lo conseguimos, ya tenemos éxito y ya somos felices! El proceso es más complejo que todo eso.
En primer lugar, nos recuerda que para utilizar este poder de creación de nuestro futuro debemos cumplir la primera ley universal, la que nos conecta con la conciencia pura, para asegurarnos de que nuestra INTENCIÓN de lograr algo sea un DESEO DESAPEGADO.
En segundo lugar, nos explica cómo se crea el futuro en base a esta intención. Es fundamental partir del concepto de que “el tiempo es el movimiento del pensamiento”. Es decir, el pensamiento hacia atrás es una interpretación de fuerzas abstractas, recuerdo, memoria; mientras que el futuro es una proyección de fuerzas abstractas.
“Solamente el presente, que es consciencia es real y es eterno Tanto el pasado como el futuro nacen en la imaginación”.
Por tanto, si tenemos intención (desapegada), podremos crear nuestro futuro, pero nunca debemos luchar contra el presente. Mediante la ATENCIÓN en el presente, con la consciencia sobre todo lo que acontece en cada momento, seremos capaces de crear el futuro.
“Mientras la atención esté en el presente, la intención hacia el futuro se cumplirá porque el futuro se crea en el presente. Debemos aceptar el presente tal como es. Aceptemos el presente y proyectemos el futuro.”
Realmente, confieso que interiorizar el significado completo de esta ley ha sido poco fácil. El alcance de todo lo que contiene es tremendo, al menos desde mi punto de vista, es denso, extenso y profundo todo lo que en ella se nos transmite, por eso, intento a continuación resumir las ideas y reformular algunos de los ejercicios prácticos de Deepak Chopra:
Primeramente se recomienda hacer un plan de vida a futuro, plasmar en un papel todo lo que nos gustaría lograr, los objetivos. También pueden ser objetivos a corto plazo. Para hacer este plan os aconsejo leer la sexta ley antes de hacerlo. En mi primera lista de deseos decidí eliminar la mitad cuando leí la ley siguiente porque había multitud de símbolos y no de objetivos. Al leer la siguiente ley lo entenderéis mejor.
Una vez que tenemos la lista, hay que liberar esos deseos, entregarlos al seno de la creación y confiar en su consecución. Es importante, según Deepak Chopra, dejar los detalles al Universo y no contárselos a nadie, a no ser que sea alguien que comparta las mismas intenciones.
Finalmente, habrá que confiar incluso cuando las cosas no salgan como hemos previsto. La naturaleza es sabia y si el presente parece no apuntar al futuro que queremos es porque debe ser así y algo hay que aprender de este momento. Cuanto más conscientes seamos de lo que acontece en el momento, si lo aceptamos, si confiamos, si no proyectamos nuestros miedos al futuro que queremos y que parece resistirse, lograremos seguro nuestros objetivos.
Y recuerda, todo esto ocurrirá:
Siempre y cuando se cumplan el resto de leyes espirituales del éxito
Siempre que no se luche contra el presente
Siempre que los objetivos sean buenos para uno mismo y para la humanidad
Siempre que no se pierdan de vista los objetivos practicando la meditación, conectándose con la conciencia pura y concentrándose en la atención en el presente.
Si toda esta teoría te resulta interesante pero no sabes por donde empezar, acércate al Método Silva de Control Mental. Este método proporciona unas herramientas eficaces, basadas en la visualización, para:
manejar la aceptación del presente
y proyectar el futuro en función de nuestras verdaderas intenciones
Es decir, que entrena en la práctica de fijar la atención en el resultado, eliminando la conciencia de todos los obstáculos, los cuales son en un 90% de las ocasiones, imaginarios. Y copia esta frase en algún lugar visible:
“Cualquier cosa a la cual prestemos atención crecerá con más fuerza en nuestra vida” (que sea lo positivo!)
“Cualquier cosa a la cual dejemos de prestar atención se marchitará, se desintegrará y desaparecerá” (que sea lo negativo!)
6. La ley del desapego.
En la sabiduría de la incertidumbre reside la liberación del pasado,
de lo conocido, que es la prisión del condicionamiento anterior
La sexta ley espiritual del éxito es la ley del desapego. Esta ley es complementaria a la quinta ley, y por ser más sencilla porque contiene un solo mensaje, seré breve en su resumen en compensación al post de la ley anterior.
Esta ley trata de rematar nuestra capacidad organizadora, enseñándonos que “para adquirir cualquier cosa en el universo físico, debemos renunciar a nuestro apego a ella”. No se trata de renunciar al plan que acabamos de plasmar en el papel según recomendaba en la ley anterior.
No renunciamos a la intención de cumplir nuestro deseo. No renunciamos a la intención ni al deseo, RENUNCIAMOS AL INTERÉS POR EL RESULTADO.
Mientras que el apego se basa en el miedo y en la inseguridad (EGO), el desapego se basa en la seguridad incuestionable del poder del verdadero yo (YO INTERIOR). El apego es producto de la conciencia de la pobreza porque se interesa siempre por los símbolos (lo material, casa, coche, ropa, dinero, etc.)
La verdadera conciencia de la riqueza es la capacidad de tener todo lo que deseamos, cada vez que lo deseamos, y con un mínimo de esfuerzo, como ya se vió en la cuarta ley.
Las personas buscamos constantemente seguridad, pero como nos muestra Deepak Chopra, quienes buscan la seguridad la persiguen durante toda la vida.
“La seguridad es evasiva y efímera porque no puede depender exclusivamente del dinero. La búsqueda de la seguridad es una ilusión. Ahí no hay evolución, y cuando no hay evolución sobreviene el estancamiento, el desorden, el caos y la decadencia.”
Con la ley de la intención y del deseo siempre tenemos un objetivo, una meta, pero con la ley del desapego, entre un punto y otro del camino, no sabemos lo que ocurrirá y ahí es donde hay que ser flexible y dejarse fluir, entre el número infinito de posibilidades y pudiendo cambiar de dirección en cualquier momento. Siempre puede haber una meta mejor, algo más fascinante y enriquecedor que lo primero que nos hemos planteado.
Si alcanzamos la sabiduría de la incertidumbre, siempre con la seguridad de que la solución llegará, confiando en nuestro yo interior, el desapegado, en cada momento de nuestra vida habrá emoción, aventura, misterio, alegría de vivir, magia, fiesta, felicidad…
Deberíamos abandonar la idea de tener “una idea rígida y completa de lo que haremos la semana próxima o el año próximo, porque si tenemos una idea clara de lo que ha de suceder y nos aferramos rígidamente a ella, dejaremos fuera de nuestro ámbito todo un abanico de posibilidades.” Se pierde creatividad, espontaneidad. Cuando nos apegamos a algo congelamos nuestro deseo, lo encerramos.
Deepak Chopra nos recuerda que OPORTUNIDAD (CRISIS) es lo que está contenido en cada problema de la vida. O dicho de otro modo, cada problema que se nos presenta en la vida es la semilla de una oportunidad para algún gran beneficio.
El poder que da cambiar el diálogo interior, el que tenemos con nosotros mismos, para convertir cada problema en una oportunidad, y cada acontecimiento del presente en una lección para aprender es ilimitado. Es Incomparable al que da el dinero o una posición social determinada. Es eterno, indestructible y totalmente liberador.
Si lo consigues, la riqueza llegará a ti en toda forma y cantidad posible y la gente dirá que tienes “buena suerte” pero tu y yo sabremos que no, que la buena suerte no existe, que la buena suerte no es otra cosa que la unión del estado de preparación con la oportunidad.
Y para encaminarnos a esta sabiduría, más de lo que ya vengo contando en leyes anteriores, Deepak Chopra me recomienda:
Comprometerme un día, al menos, a la semana, a aceptarme yo a mi misma y a los demás.
Analizar las cosas que me pasan en un día como algo que ocurre para que aprenda, para captar mi atención de presente.
Y contestarme, más a menudo de lo que acostumbro, a preguntas tales como: ¿qué haré con esto? ¿cómo conseguiré esto? con respuestas como: “sobre la marcha” o “ya veré” o “ya saldrá”. Y si no, siempre nos quedarán frases míticas como la de Escarlata Ohara en lo que El viento se llevó: “Tomorrow will be another day” (mañana será otro día).
Conseguir un cambio en nuestro diálogo interior es clave para dominar la sabiduría de la incertidumbre. Para mí, aún en pañales, es ahora esto como un juego: detecto (de vez en cuando) los juegos del ego, sus dimes y diretes y desde el yo desapegado observo, reflexiono, converso, medito, decido, pospongo, intento ACTUAR. Cada vez más y mejor… ¡te animo a que lo pruebes!
de lo conocido, que es la prisión del condicionamiento anterior
La sexta ley espiritual del éxito es la ley del desapego. Esta ley es complementaria a la quinta ley, y por ser más sencilla porque contiene un solo mensaje, seré breve en su resumen en compensación al post de la ley anterior.
Esta ley trata de rematar nuestra capacidad organizadora, enseñándonos que “para adquirir cualquier cosa en el universo físico, debemos renunciar a nuestro apego a ella”. No se trata de renunciar al plan que acabamos de plasmar en el papel según recomendaba en la ley anterior.
No renunciamos a la intención de cumplir nuestro deseo. No renunciamos a la intención ni al deseo, RENUNCIAMOS AL INTERÉS POR EL RESULTADO.
Mientras que el apego se basa en el miedo y en la inseguridad (EGO), el desapego se basa en la seguridad incuestionable del poder del verdadero yo (YO INTERIOR). El apego es producto de la conciencia de la pobreza porque se interesa siempre por los símbolos (lo material, casa, coche, ropa, dinero, etc.)
La verdadera conciencia de la riqueza es la capacidad de tener todo lo que deseamos, cada vez que lo deseamos, y con un mínimo de esfuerzo, como ya se vió en la cuarta ley.
Las personas buscamos constantemente seguridad, pero como nos muestra Deepak Chopra, quienes buscan la seguridad la persiguen durante toda la vida.
“La seguridad es evasiva y efímera porque no puede depender exclusivamente del dinero. La búsqueda de la seguridad es una ilusión. Ahí no hay evolución, y cuando no hay evolución sobreviene el estancamiento, el desorden, el caos y la decadencia.”
Con la ley de la intención y del deseo siempre tenemos un objetivo, una meta, pero con la ley del desapego, entre un punto y otro del camino, no sabemos lo que ocurrirá y ahí es donde hay que ser flexible y dejarse fluir, entre el número infinito de posibilidades y pudiendo cambiar de dirección en cualquier momento. Siempre puede haber una meta mejor, algo más fascinante y enriquecedor que lo primero que nos hemos planteado.
Si alcanzamos la sabiduría de la incertidumbre, siempre con la seguridad de que la solución llegará, confiando en nuestro yo interior, el desapegado, en cada momento de nuestra vida habrá emoción, aventura, misterio, alegría de vivir, magia, fiesta, felicidad…
Deberíamos abandonar la idea de tener “una idea rígida y completa de lo que haremos la semana próxima o el año próximo, porque si tenemos una idea clara de lo que ha de suceder y nos aferramos rígidamente a ella, dejaremos fuera de nuestro ámbito todo un abanico de posibilidades.” Se pierde creatividad, espontaneidad. Cuando nos apegamos a algo congelamos nuestro deseo, lo encerramos.
Deepak Chopra nos recuerda que OPORTUNIDAD (CRISIS) es lo que está contenido en cada problema de la vida. O dicho de otro modo, cada problema que se nos presenta en la vida es la semilla de una oportunidad para algún gran beneficio.
El poder que da cambiar el diálogo interior, el que tenemos con nosotros mismos, para convertir cada problema en una oportunidad, y cada acontecimiento del presente en una lección para aprender es ilimitado. Es Incomparable al que da el dinero o una posición social determinada. Es eterno, indestructible y totalmente liberador.
Si lo consigues, la riqueza llegará a ti en toda forma y cantidad posible y la gente dirá que tienes “buena suerte” pero tu y yo sabremos que no, que la buena suerte no existe, que la buena suerte no es otra cosa que la unión del estado de preparación con la oportunidad.
Y para encaminarnos a esta sabiduría, más de lo que ya vengo contando en leyes anteriores, Deepak Chopra me recomienda:
Comprometerme un día, al menos, a la semana, a aceptarme yo a mi misma y a los demás.
Analizar las cosas que me pasan en un día como algo que ocurre para que aprenda, para captar mi atención de presente.
Y contestarme, más a menudo de lo que acostumbro, a preguntas tales como: ¿qué haré con esto? ¿cómo conseguiré esto? con respuestas como: “sobre la marcha” o “ya veré” o “ya saldrá”. Y si no, siempre nos quedarán frases míticas como la de Escarlata Ohara en lo que El viento se llevó: “Tomorrow will be another day” (mañana será otro día).
Conseguir un cambio en nuestro diálogo interior es clave para dominar la sabiduría de la incertidumbre. Para mí, aún en pañales, es ahora esto como un juego: detecto (de vez en cuando) los juegos del ego, sus dimes y diretes y desde el yo desapegado observo, reflexiono, converso, medito, decido, pospongo, intento ACTUAR. Cada vez más y mejor… ¡te animo a que lo pruebes!
“Como dos aves doradas posadas en el mismo árbol, el ego y el yo, íntimos amigos, viven en el mismo cuerpo. El primero come los frutos dulces y amargos del árbol de la vida, mientras que el segundo observa con indiferencia”
Upanishad Mundaka.
En la sabiduría de la incertidumbre reside la liberación del pasado,
de lo conocido, que es la prisión del condicionamiento anteriorLa sexta ley espiritual del éxito es la ley del desapego. Esta ley es complementaria a la quinta ley, y por ser más sencilla porque contiene un solo mensaje, seré breve en su resumen en compensación al post de la ley anterior.
Esta ley trata de rematar nuestra capacidad organizadora, enseñándonos que “para adquirir cualquier cosa en el universo físico, debemos renunciar a nuestro apego a ella”. No se trata de renunciar al plan que acabamos de plasmar en el papel según recomendaba en la ley anterior.
No renunciamos a la intención de cumplir nuestro deseo. No renunciamos a la intención ni al deseo, RENUNCIAMOS AL INTERÉS POR EL RESULTADO.
Mientras que el apego se basa en el miedo y en la inseguridad (EGO), el desapego se basa en la seguridad incuestionable del poder del verdadero yo (YO INTERIOR). El apego es producto de la conciencia de la pobreza porque se interesa siempre por los símbolos (lo material, casa, coche, ropa, dinero, etc.)
La verdadera conciencia de la riqueza es la capacidad de tener todo lo que deseamos, cada vez que lo deseamos, y con un mínimo de esfuerzo, como ya se vió en la cuarta ley.
Las personas buscamos constantemente seguridad, pero como nos muestra Deepak Chopra, quienes buscan la seguridad la persiguen durante toda la vida.
“La seguridad es evasiva y efímera porque no puede depender exclusivamente del dinero. La búsqueda de la seguridad es una ilusión. Ahí no hay evolución, y cuando no hay evolución sobreviene el estancamiento, el desorden, el caos y la decadencia.”
Con la ley de la intención y del deseo siempre tenemos un objetivo, una meta, pero con la ley del desapego, entre un punto y otro del camino, no sabemos lo que ocurrirá y ahí es donde hay que ser flexible y dejarse fluir, entre el número infinito de posibilidades y pudiendo cambiar de dirección en cualquier momento. Siempre puede haber una meta mejor, algo más fascinante y enriquecedor que lo primero que nos hemos planteado.
Si alcanzamos la sabiduría de la incertidumbre, siempre con la seguridad de que la solución llegará, confiando en nuestro yo interior, el desapegado, en cada momento de nuestra vida habrá emoción, aventura, misterio, alegría de vivir, magia, fiesta, felicidad…
Deberíamos abandonar la idea de tener “una idea rígida y completa de lo que haremos la semana próxima o el año próximo, porque si tenemos una idea clara de lo que ha de suceder y nos aferramos rígidamente a ella, dejaremos fuera de nuestro ámbito todo un abanico de posibilidades.” Se pierde creatividad, espontaneidad. Cuando nos apegamos a algo congelamos nuestro deseo, lo encerramos.
Deepak Chopra nos recuerda que OPORTUNIDAD (CRISIS) es lo que está contenido en cada problema de la vida. O dicho de otro modo, cada problema que se nos presenta en la vida es la semilla de una oportunidad para algún gran beneficio.
El poder que da cambiar el diálogo interior, el que tenemos con nosotros mismos, para convertir cada problema en una oportunidad, y cada acontecimiento del presente en una lección para aprender es ilimitado. Es Incomparable al que da el dinero o una posición social determinada. Es eterno, indestructible y totalmente liberador.
Si lo consigues, la riqueza llegará a ti en toda forma y cantidad posible y la gente dirá que tienes “buena suerte” pero tu y yo sabremos que no, que la buena suerte no existe, que la buena suerte no es otra cosa que la unión del estado de preparación con la oportunidad.
Y para encaminarnos a esta sabiduría, más de lo que ya vengo contando en leyes anteriores, Deepak Chopra me recomienda:
Comprometerme un día, al menos, a la semana, a aceptarme yo a mi misma y a los demás.
Analizar las cosas que me pasan en un día como algo que ocurre para que aprenda, para captar mi atención de presente.
Y contestarme, más a menudo de lo que acostumbro, a preguntas tales como: ¿qué haré con esto? ¿cómo conseguiré esto? con respuestas como: “sobre la marcha” o “ya veré” o “ya saldrá”. Y si no, siempre nos quedarán frases míticas como la de Escarlata Ohara en lo que El viento se llevó: “Tomorrow will be another day” (mañana será otro día).
Conseguir un cambio en nuestro diálogo interior es clave para dominar la sabiduría de la incertidumbre. Para mí, aún en pañales, es ahora esto como un juego: detecto (de vez en cuando) los juegos del ego, sus dimes y diretes y desde el yo desapegado observo, reflexiono, converso, medito, decido, pospongo, intento ACTUAR. Cada vez más y mejor… ¡te animo a que lo pruebes!
“Como dos aves doradas posadas en el mismo árbol, el ego y el yo, íntimos amigos, viven en el mismo cuerpo. El primero come los frutos dulces y amargos del árbol de la vida, mientras que el segundo observa con indiferencia”
Upanishad Mundaka.
7. La ley del Drhama o propósito de la vida.
Todo
el mundo tiene un propósito en la vida… un don único o talento especial
para ofrecer a los demás. Y cuando combinamos ese talento único con el
servicio a los demás experimentamos el éxtasis y el júbilo de nuestro
propio espíritu, que es la meta última de todas las metas.”
“La séptima ley espiritual del éxito es la ley del dharma.” ‘Dharma’, como ya vimos en la tercera ley, “es una palabra en sánscrito que significa ‘propósito en la vida’. Esta ley dice que nos hemos manifestado en forma de física para cumplir un propósito. Es decir, que hemos venido a este mundo con una tarea muy concreta a cumplir.”
Deepak Chopra nos desglosa la ley del dharma en tres componentes:
Cada uno de nosotros estamos aquí para descubrir nuestro verdadero yo
Cada uno de nosotros debe llegar a identificar su talento único. Ese talento tan único en su expresión que no existe otro ser sobre el planeta que tenga ese talento o que lo exprese de esa manera.
Cada uno de nosotros debe, una vez descubierto el verdadero yo y el talento personal, buscar la manera de ponerlo al servicio de la humanidad. Es en este momento cuando tenemos acceso a la abundancia ilimitada.
Una vez más, como al final de la sexta ley, se recomienda revisar el diálogo interno y cambiar preguntas tales como ¿qué gano yo con esto? que nacen del ego, por preguntas del tipo ¿cómo puedo ayudar?. El cambio de diálogo interno, junto a la meditación, nos ayudarán a cambiar el enfoque.
Yo estoy buscando mi talento único.
Claro, no he tenido a Deepak Chopra como padre, que relata como ha repetido a sus hijos, desde el nacimiento, que buscaran ese talento único en su interior, que del resto ya se ocuparía la vida. Pero no importa, a mi no me tocaba él y por tanto, acepto como ha sido mi proceso. Y si atiendo a las estadísticas de edad media de la población femenina occidental, aún tengo media vida para seguir buscando. ¡Y pienso conseguirlo!
Ahora, por lo menos, tengo la teoría, que es un excelente punto de partida; y unos consejeros espirituales que me orientan, cada día, más y más, en la práctica. No importa donde estés ni lo que hagas, el camino es largo, hay tiempo, nunca es tarde para empezar a dirigirse hacia un nuevo concepto de éxito. Sin embargo, no demores más la salida y recuerda esta frase:
“Muy pronto es demasiado tarde”
El éxito verdadero no es lo que nos muestran en los medios de comunicación, es lograr lo que nos proponemos desde el interior de nuestro ser, es alma, es auténtico y está encaminado a descubrir el talento único que nos ha sido dado para ponerlo al servicio de los demás.
Gracias a Deepak Chopra por darnos esta leyes que nos ayudan a acercarnos más a este fin último, a entender un poco más quienes somos, de donde venimos y por qué estamos en este mundo.
Y gracias a la naturaleza por darme este don de poder escribir y regalar al universo una reformulación de su mensaje para contribuir a su divulgación. Quizás no esté tan lejos de encontrar mi talento único ¿no?. Porque esa es otra, a veces conocemos la verdad pero no sabemos reconocerla.
Que se os dé bien a todos… y no olvidéis que este blog admite comentarios y si entre todos enriquecemos esto que escrito contando nuestras experiencias personales, nuestra propia interpretación de las leyes, nuestra lectura particular, haremos que la atención se centre en este tema, que se haga más grande, más importante y contribuiremos irremediablemente a un cambio de paradigma.
“La séptima ley espiritual del éxito es la ley del dharma.” ‘Dharma’, como ya vimos en la tercera ley, “es una palabra en sánscrito que significa ‘propósito en la vida’. Esta ley dice que nos hemos manifestado en forma de física para cumplir un propósito. Es decir, que hemos venido a este mundo con una tarea muy concreta a cumplir.”
Deepak Chopra nos desglosa la ley del dharma en tres componentes:
Cada uno de nosotros estamos aquí para descubrir nuestro verdadero yo
Cada uno de nosotros debe llegar a identificar su talento único. Ese talento tan único en su expresión que no existe otro ser sobre el planeta que tenga ese talento o que lo exprese de esa manera.
Cada uno de nosotros debe, una vez descubierto el verdadero yo y el talento personal, buscar la manera de ponerlo al servicio de la humanidad. Es en este momento cuando tenemos acceso a la abundancia ilimitada.
Una vez más, como al final de la sexta ley, se recomienda revisar el diálogo interno y cambiar preguntas tales como ¿qué gano yo con esto? que nacen del ego, por preguntas del tipo ¿cómo puedo ayudar?. El cambio de diálogo interno, junto a la meditación, nos ayudarán a cambiar el enfoque.
Yo estoy buscando mi talento único.
Claro, no he tenido a Deepak Chopra como padre, que relata como ha repetido a sus hijos, desde el nacimiento, que buscaran ese talento único en su interior, que del resto ya se ocuparía la vida. Pero no importa, a mi no me tocaba él y por tanto, acepto como ha sido mi proceso. Y si atiendo a las estadísticas de edad media de la población femenina occidental, aún tengo media vida para seguir buscando. ¡Y pienso conseguirlo!
Ahora, por lo menos, tengo la teoría, que es un excelente punto de partida; y unos consejeros espirituales que me orientan, cada día, más y más, en la práctica. No importa donde estés ni lo que hagas, el camino es largo, hay tiempo, nunca es tarde para empezar a dirigirse hacia un nuevo concepto de éxito. Sin embargo, no demores más la salida y recuerda esta frase:
“Muy pronto es demasiado tarde”
El éxito verdadero no es lo que nos muestran en los medios de comunicación, es lograr lo que nos proponemos desde el interior de nuestro ser, es alma, es auténtico y está encaminado a descubrir el talento único que nos ha sido dado para ponerlo al servicio de los demás.
Gracias a Deepak Chopra por darnos esta leyes que nos ayudan a acercarnos más a este fin último, a entender un poco más quienes somos, de donde venimos y por qué estamos en este mundo.
Y gracias a la naturaleza por darme este don de poder escribir y regalar al universo una reformulación de su mensaje para contribuir a su divulgación. Quizás no esté tan lejos de encontrar mi talento único ¿no?. Porque esa es otra, a veces conocemos la verdad pero no sabemos reconocerla.
Que se os dé bien a todos… y no olvidéis que este blog admite comentarios y si entre todos enriquecemos esto que escrito contando nuestras experiencias personales, nuestra propia interpretación de las leyes, nuestra lectura particular, haremos que la atención se centre en este tema, que se haga más grande, más importante y contribuiremos irremediablemente a un cambio de paradigma.
Om Mani Padme Hun
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